Este templo estaba dedicado a Amón-Ra (dios solar), el gran dios del imperio nuevo, el dios local de la ciudad de Tebas, Luxor en la actualidad. Se trata del templo más grande de Egipto, con más de 5.000 metros cuadrados. Representa la evolución del arte y la arquitectura egipcia. Comprende un conjunto de templos, capillas y obeliscos que fueron construidos durante más de 2000 años, por diferentes faraones
La orientación del eje este-oeste se hizo hacia el punto por donde sale el sol en el solsticio de invierno (entre el 20 y el 23 de diciembre), de modo que, si nos situamos ante la entrada del templo, ese día veremos salir el sol sobre la puerta oriental, llamada de Bab el-Makhara, situada casi a seiscientos metros de distancia.
Karnak no es solo un testimonio arquitectónico a nivel mundial, es un espacio sagrado donde cada piedra y jeroglífico narra historias de devoción y conexión divina. Entre sus estructuras más destacadas se encuentra el majestuoso Salón Hipóstilo, una sala con 134 columnas talladas en forma de papiro, algunas de hasta 24 metros de altura, que evocan un bosque pétreo que invita a la contemplación y al recogimiento espiritual.
El Templo de Karnak también alberga el Lago Sagrado, utilizado en rituales de purificación, y el santuario de la diosa Sekhmet, donde se realizaban ceremonias para invocar su energía protectora y sanadora. Estos espacios ofrecen oportunidades únicas para la meditación y la conexión con las energías ancestrales que aún permean el lugar.
Visitar el Templo de Karnak es adentrarse en un viaje de transformación interior. Cada rincón del complejo invita a la introspección y al despertar de la conciencia, permitiendo a los viajeros conscientes reconectar con su esencia y con las memorias sagradas del alma.